Aquí les traemos un análisis técnico e informativo del uso de estos elementos que han adquirido a partir del crecimiento de algunas disciplinas, fundamental importancia…
Desde hace algunos años, el uso de la brújula y la carta topográfica (generalmente denominada como mapa), han adquirido fundamental importancia a partir del crecimiento que ha tenido la práctica de algunas disciplinas deportivas y aventuras terrenas como trekking, montañismo y eventualmente supervivencia, actividades que han generado mas espacio para desarrollo como asimismo, ha ganado cada vez mas adeptos en su participación. También, están aquellas que por su organización y logística reúnen un formato técnico de campeonato o competencia deportiva, donde para participar en una carrera de aventuras por ejemplo, se requiere aplicar técnicas diurnas y nocturnas de orientación y navegación terrestre para cubrir un circuito compuesto de grandes distancias en diversos tipos de terrenos naturales con sus climas propios, que su práctica puede llevar desde horas hasta días inclusive.
En eventos iguales o similares realizados en otros países, estos también han crecido en forma exponencial, pero, Argentina no es ajena debido a la diversidad de actividades deportivas realizados que son el fruto de la voluntad del hombre para organizar una competencia junto a la participación de varios competidores y además, la ventaja que tenemos por la diversidad de terrenos agrestes naturales que nuestro país posee.
La brújula y la carta topográfica
La brújula, es un instrumento que tiene una cápsula rotatoria adosada a su estructura y esta posee adentro un aguja magnetizada que tiene la propiedad de dirigir uno de sus extremos hacia el norte magnético. Su función primaria es para que una persona se oriente en el terreno y a partir de ahí, poder conocer la ubicación de los puntos cardinales, marcar rumbos, en si, hacer la navegación terrestre por medio de una travesía. Conociendo el navegante su ubicación tanto en la carta como en el terreno, a partir de ahí se encontrará en situación de saber o elegir hacia donde debe desplazarse, por ello, se debe saber lo siguiente:
DONDE ESTOY (en que lugar físico de la superficie terrestre me encuentro).
HACIA DONDE IR (lugar y dirección).
POR DONDE IR (elegir el mejor camino a seguir).
Cuando se hace referencia a conocer la propia ubicación que se ocupa en el terreno, se entiende por cualquier punto físico de la superficie terrestre pero en este preciso caso, se entiende al lugar físico exacto en donde me encuentro pero para ello, necesito contar con una carta topográfica de la zona donde estoy parado. Si tengo la carta topográfica desplegada y leyéndola pero desconozco en que lugar de esa superficie plana de papel me encuentro, debo aplicar la técnica de triangulación. Para ello, empleando combinadamente la carta, la brújula y haciendo la identificación visual de algunos elementos naturales o artificiales del terreno que figuren en la carta, puedo hacerlo mediante unos simples cálculos para saber fehacientemente que lugar ocupo tanto en la carta como el terreno. Habiendo obtenido mi posición, podré diseñar un itinerario para poder hacer la travesía en el terreno, siguiendo direcciones de marcha para cubrir distancias en el terreno y llegar a destino. En el lenguaje técnico, se dice que una persona que emplea una brújula junto a una carta en el terreno, es un navegante terrestre como también, en algunos países de otros continentes, lo llaman orientador aunque, para llegar a lograr ser un verdadero navegante, se requiere de tiempo, dedicación y mucha práctica.
Bien, ya hemos conocido algunos conceptos básicos sobre la brújula, la carta, su empleo y la función del navegante terrestre y ahora pasaremos a explicar acerca de otro tipo de navegación en el terreno, que si bien mantiene la misma forma de navegar en el terreno, esta vez se empleará un equipo para hacer navegación electrónica satelital.
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS)
El receptor satelital
A diferencia de la brújula que es un instrumento de navegación convencional ya explicado anteriormente, un receptor satelital (generalmente conocido por su sigla inglesa como GPS), en realidad es un dispositivo electrónico manual que sirve para orientarse y navegar precisamente, entre otras aplicaciones muy avanzadas, que a diferencia de la brújula, cuando deseemos saber en que lugar de la tierra nos encontramos parados, este dispositivo nos brindará datos de nuestra ubicación en el terreno en cuestión de segundos al encenderlo, y en tiempo real al tenerlo permanentemente prendido durante el tiempo que deseemos.
La sigla universalmente conocida como GPS proviene de Global Positioning System que traducido a nuestro idioma, se denomina como Sistema de Posicionamiento Global (SPG). Bien, para conocer como funciona un navegador satelital en tierra del cual estamos hablando (que a su vez es un receptor de la señal que envían varios satélites), primero conozcamos un poco del diseño de la arquitectura y funcionamiento del sistema que desde el cielo brinda información casi precisa al usuario de un GPS en tierra. El Sistema de Posicionamiento Global es una red compuesta de 27 satélites espaciales que han sido ubicados geográficamente alrededor de la tierra y que operan en 6 órbitas diferentes, a una distancia de 20.200 kms. de la superficie terrestre, de la cual se desprende que 24 satélites se encuentran operativos (ON) y 3 mas se encuentran stand-by (OFF), cuya función útil de estos últimos es aquella de reemplazar a alguno que pueda quedar inoperativo.
Ahora, que tiene que ver esto con la navegación terrestre anteriormente expuesta? bien, la diferencia radica en que en ambos tipos de navegación, tanto la convencional (la brújula) como la satelital (el navegador GPS) si bien ambas se usan para desplazarse en el terreno y recorrer distancias, también pueden utilizarse conjuntamente con la carta topográfica pero, se debe saber que para navegar varios kilómetros con brújula sobre una topografía determinada, primero debo hacer un estudio del terreno a partir del conocimiento que obtenga de la información planimetrica y altimétrica de la carta, para calcular distancias y controlarlas posteriormente al desplazarme en el terreno, marcar rumbos y seguir direcciones, entre otros. En cambio, con un navegador satelital GPS, directamente puedo diseñar un itinerario en la carta y cargar al software del equipo, los datos de coordenadas obtenidas para poder llevar a cabo mi navegación en el terreno. Una vez almacenados esos datos en el equipo, tranquilamente puedo comenzar a desplazarme hacia mi objetivo porque con el GPS encendido, podré conocer en tiempo real, información sobre el avance de mi desplazamiento en el terreno hasta llegar a destino y en caso de desviarme, el sistema me informará ese error para corregirlo.
Por ejemplo, cuando el usuario de un receptor satelital se encuentra en una expedición en una zona montañosa y quiere conocer la posición que está ocupando en las superficie terrestre (como altitud por ejemplo), su GPS determinará su ubicación precisa mediante la información enviada por un mínimo de tres satélites localizados próximo al mismo, que le aportarán datos en 3D