El salto base es una de las actividades más adrenalinicas y riesgosas que se pueden experimentar. Todo comenzó a mediado de los años 70 con Carl Boenish, fotógrafo y paracaidista norteamericano, que descubrió este deporte para ser seguido poco tiempo despues por otros…
El salto base es muy diferente del paracaidismo en contra de lo que parecería en un principio ya que en el paracaidismo la altura mínima de salto es de 900 m., en cambio para los saltobasisitas que llegan a saltar desde torres de alta tensión, su rango de altura esta entre los 100 y 300 m.. Estos deben tardar menos de 8 seg. en abrir su paracaídas, mientras que en paracaidismo pueden esperarse hasta 65 seg.
El riesgo de este deporte no radica sólo en la baja cota de salto (que no es poco) sino que deben añadirse otros factores que dependen del lugar, los cuales son imprescindibles de valorar si se desea continuar con vida. En el caso de torres de alta tensión existe el riesgo de chocar contra los cables en el descenso, electrocutarse al acceder al punto de salto además de recibir radiaciones perjudiciales.
Si se salta desde un acantilado, ha de elegirse uno lo mas vertical posible, se corre el riesgo de ser arrastrado por el viento hacia la pared (así fue como falleció Carl Boenish ) o de chocar contra la misma antes de empezar a planear, además de tener un accidentado aterrizaje en terreno abrupto.
Estos son sólo algunos de los riesgos a los que se enfrentan los saltobasistas, los cuales se incrementan además si el salto es nocturno. Es sin duda el deporte más arriesgado del mundo, ya que con sus escasos 20 años de historia han fallecido ya 30 personas de sus 200 participantes en todo el mundo lo que representa el 15% de bajas
Es por ello raro encontrar saltobasistas experimentados (con unos 200 saltos ), aunque los hay que superan la barrera de los 300. Los saltobasistas sienten un gran apego por sus vidas, lo que se hace evidente en su estado antes de cada salto, alcanzando la adrenalina niveles altísimos mientras el corazón late desbocado.
Hay quienes afirman que merece la pena, experimentan tal sensación de libertad total durante unos pocos segundos que compensa de todos los riesgos, también, dicen, les ayuda a sentirse vivos, a darles intensidad a su existencia, a disfrutar al máximo de cada día.
Para ser un saltobasista, y no morir en el intento, es necesario disponer del equipo adecuado además de disponer de gran experiencia en saltos y conocer a la perfección las posibilidades y el funcionamiento tanto del equipo del que depende nuestras vidas como de nosotros mismos, es imprescindible saber valorar las circunstancias y los riesgos, ser metódico en todo sin dejar nada al azar, en este deporte realmente no hay principiantes, los que lo practican son ya veteranos, aquí sólo puede uno equivocarse una vez.
A pesar de poseer todo lo anterior, no siempre es suficiente, ya que la suerte es aquí un factor importante que no siempre juega a nuestro favor.
Texto: J.P.R.